Grey

Autor: E.L. James

Nº de páginas: 648 págs.

Editorial: GRIJALBO

Lengua: Español    

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 9788425393815

Año edición: 2015

Precio: 17,90 euros.

Christian necesita tenerlo todo bajo control. Su mundo es puro orden y disciplina aunque, en el fondo, está vacío... hasta el día en que Anastasia Steele aterriza de bruces en su despacho, hecha una maraña de largo pelo castaño y esbeltas piernas.

Él intenta olvidarla pero, muy al contrario, se ve inmerso en una tormenta de emociones que no consigue controlar y a la que no puede resistirse. A diferencia de todas las mujeres que ha conocido, la tímida e inexperta Ana parece capaz de ver más allá del exitoso empresario y la lujosa vida que le rodea, y descubrir el corazón frío y lastimado de Christian.

¿Logrará su relación con Ana disipar las pesadillas que le acechan todas las noches? ¿O serán sus oscuros impulsos sexuales, su obsesión por el control y el desprecio hacia sí mismo los que alejarán a la joven y destruirán la frágil esperanza que ella le ofrece?

Lo reconozco. Sentía curiosidad, por eso estaba en mi lista de reyes.

Todavía no me puedo creer que mi primera reseña del año sea de este libro, pero bueno, lo importante no es como se empieza sino cómo se acaba.

Grey, Grey, Grey ¿Pero qué mier** te pasa? No, enserio ¿qué le pasa a este tío? Anastasia no tendrá muchas luces, pero la prefiero a ella mil veces, porque en Cincuenta sombras de Grey, pese a que tu intuyes que a este muchacho algo le falla, vives en la inopia y eres feliz, pero ahora, la escritora ha decidido iluminarnos y mostrarnos cómo es un psicópata de manual cuando se enamora.

Creo que la locura es el menor de sus problemas....

El muchacho tiene un problema con la violencia y la misoginia, porque eso de que nada más ver a Anastasia quiera zurrarla, pues muy normal no es. ¡¡Ni Dexter destilaba tanta inquina!! Y no es que quiera zurrarla así a lo loco, no, encima quiere zurrarla porque debe ser que de pequeño quería ser domador y no le dejaron, y ahora morena que ve, morena a la que quiere enseñar modales, a dar la patita, no sé, el caso es que aprendan algo. Es más, no es que le vaya el BDSM, como Anastasia nos quiso hacer creer en los anteriores libros, no, a este tío lo del BDSM le parece un coñazo, porque eso de pegar solo en la cama y por el placer de ambos como que no mola, porque lo que a él le gusta es domar a todas horas, porque ya se sabe, sino se le suben a la chepa y estas mujeres asilvestrada no saben hacer la “o” con un canuto sin que el este allí fusta en mano para enseñarlas (si es que en el fondo es un alma caritativa y lo hace por ellas). Que digo yo, si lo que quería era ser domador, o puesto a suavizarlo, profesor, no sé porque mierdas se dedica a ….¡¡ wait a minute!! ¿A qué decía que se dedicaba? ¿Era algo así como a comprar empresas y luego despiezarlas como Richare Gere en Pretty Woman? ¿O era a eso de alimentar a los pobres del mundo? ¿Se dedicaba a la tecnología? Bueno, da igual, el caso es que es asquerosamente rico ¿vale? El cómo se haya hecho rico como que no aporta nada, como si ha hecho fortuna vendiendo melocotones en valencia ¡¡oiga!!.

Esta teoria es aplicable a Grey 100%

Nunca pensé que diría esto, pero leyendo este coñazo  libro, he llegado a echar de menos “la diosa interior” de Anastasia, porque Grey es demasiado denso para mí. Todo el día con el quiero pegarte, pero no, pero sí, pero me pica la mano (ráscatela como hacemos todos so mamón), que si saco la fusta, que si ahora te doy un azote…arggg que guantazo tiene el muchacho (bueno, no, que igual le gusta y pierde el efecto deseado). 

No obstante, he llegado a la conclusión de que en los libros eróticos no veo la necesidad de volver a contar la misma historia desde el punto de vista del chico (o de la chica si fuera al revés), porque son las miiiiiiiiiiismas escenas de cama una y otra vez, que, sinceramente, ya puedes tener más mundo interior que Punset, que en la cama no se va a poner Grey con un discurso sobre el orgasmo femenino o el tipo de fabricación de la fusta usada, así que NO aporta nada su versión del “momento empotre”.

Luego son páginas y páginas iguales que en Cincuenta sombras de Grey, con los emails, el contrato, las conversaciones, vamos que se ha cascado un corta-pega que ni yo en el colegio cuando presentaba trabajos en el último momento fusilando la información del rincón del vago (¡¡qué tiempos aquellos!!¿Sigue existiendo lo del rincón del vago o ahora fusiláis la Wikipedia?). ¿Te has quedado a gusto ehhh? No te has currado ni la calidad de la narración….

En fin, si yo fuera Anastasia lleva a Grey al cuarto rojo del dolor, cerraba la puerta y tiraba la llave al mar. 

Por si me lo preguntáis, ahorraros el dinero, no aporta nada más que un agujero en tu cuenta corriente.