Reflexiones: Motivación Blogger

Hoy vengo con una reflexión diferente, pero necesitaba hacerla.

Yo sigo a varios Youtubers, y justo dos de los que más me gustan hicieron un video que me pareció de lo más interesante. Se trataba de sus vivencias como Youtubers y sobre el valor del esfuerzo y la motivación que debe tener cada uno para meterse en ese mundo, y creo que es trasladable perfectamente al mundo blogger y a las motivaciones que debes tener  para crear un blog, aunque sea para hablar de escarabajos peloteros, como decían en el video.

Yo soy una lectora empedernida, desde que la literatura acaparó mi atención no la ha soltado, si bien es cierto que ha ido por épocas, siempre me ha tenido prisionera entre sus letras.

Un día, me uní a un grupo de Facebook sobre literatura y conocía a otras locas apasionadas de este mundillo. Poco a poco conocí a blogueras, lectoras y escritoras maravillosas, empecé a seguir blogs apasionantes y un día me pregunte ¿Por qué no? ¿Por qué no me abro yo uno? No pretendía innovar, ni conseguir libros gratis, ni más amigos, solo pretendía dar mi opinión sobre lo que leía o contar lo que se me pasaba por esta cabecita loca cuando pienso en literatura. Sin más, porque sí, porque me lo pedía el cuerpo, y con ilusión y tiempo poco a poco fue tomando forma y parecía que había gente a la que le gustaba lo que escribía y que quería seguirme. Celebraba y celebro cada suscriptor como si me hubiera tocado la lotería, porque al fin y al cabo, eso significa que a alguien le interesa lo que haces y eso siempre te genera alegrías y es gratificante.

Quizás, bueno no, seguro, soy un blog chiquitito, sin muchos seguidores, pero ¿Qué importa cuanta gente te siga? Lo importante es hacer lo que uno quiere, por ti mismo, porque tienes algo que contar. Por eso celebro cada seguidor y sigo aquí, pese a que mis circunstancias han cambiado y cada día me cuesta más sacar tiempo para esto.

Por eso creo que un bloguero debe amar lo que hace, debe querer a su blog y a sus suscriptores. Debe tener en mente que esto no es una profesión, creo que nadie o muy pocos afortunados viven de un blog o página web de “opinión” (sea de literatura o del vuelo del águila), que esto se hace o se debe hacer por amor a la literatura, o como se dicen generalmente “por amor al arte”, y si vuestra única motivación es abriros un blog para, no sé, conseguir libros gratis, conseguir dinero o ya puestos, amigos escritores que os enchufen (¿en serio? Esto último no creo que pase nunca) al final la gente lo notará y terminareis quemándoos, porque la premisa de la que partes es errónea, y así el resultado nunca terminará satisfaciéndoos de verdad. Al final la gente no es tonta y tarde o temprano se da cuenta de que lo que vendes es una mentira y por muy bonito que sea el envoltorio, sigue siendo eso, mentira.

Yo creo que un blog o página web de este tipo, debe nacer para ser mimada, para quererla y cuidarla, para trabajarla y para compartir una pasión. Si no sientes lo que haces, si no lo amas, si solo es un medio para conseguir un fin distinto al de transmitir, al final eres nada, humo que se desvanecerá. Hay millones de blogs, de todo tipo, es difícil hacerse un nombre en este mundo, pero si haces lo que te gusta y luchas por ello, le dedicas tiempo y lo vives, al final la gente lo nota, y si no lo nota ¿Qué importa? Esto es por ti, bloguero, porque lo llevas en las venas, porque necesitas transmitir, lanzar al espacio cibernético tu latir, por eso no te desanimes, si es uno, diez, cien o mil suscriptores los que tienes, tan solo sé feliz por haber tomado la decisión de dar salida a una de tus pasiones.

Esta reflexión se traslada a todo cuanto hagáis, porque al final, lo que debe motivar nuestros actos es la necesidad de hacer lo que queremos, no por los demás, ni por lo que piensen, si no por lo que nosotros queremos y necesitamos. No hagamos las cosas por motivos equivocados, por necesidades amparadas en voluntades ajenas, no queramos ser como los demás, ni conseguir exactamente lo mismo que ellos, debemos hacer nuestro camino y luchar por nuestros propios objetivos, nuestras propias ambiciones. Pero al final, hagamos lo que hagamos, debemos hacedlo con el corazón, pues así es como se consiguen las mejores cosas.

Ya no os doy más la matraca por hoy, pero recordar que: