Si fueras mio

Autor: Abbi Glines

Nº de páginas: 304 págs.

Editorial: Planeta

Lengua: Español

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 9788408115878

Año edición: 2013

Plaza de edición: Barcelona

Precio: 14,95 euros.

«Que un chico se enamore locamente de ti no es nada fácil. Sobre todo cuando ha estado enamorado de tu prima desde siempre.»

Lana ha vivido toda la vida a la sombra de su prima Ashton, quien saca las mejores notas, tiene montones de amigos y físicamente parece una modelo. Y lo que Lana más ha envidiado: el amor de Sawyer, de quien ella ha estado secretamente enamorada desde pequeña. Pero las cosas han cambiado: ahora que su prima y Sawyer han roto, Lana tiene la oportunidad de que él se percate de que existe.
Sawyer tiene el corazón roto. Ha perdido a su chica y a su mejor amigo. Pero entonces aparece Lana, la prima de Ashton, una muchacha tímida y dulce que ha pasado de niña… a mujer. ¡Y qué mujer! Sawyer no tiene claro si Lana va a poder curarle las heridas pero, quizá, si pasa tiempo con ella conseguirá poner celosa a su ex.

Lo que empieza como un mero ligue se convierte en un atractivo juego de seducción. Sawyer y Lana tienen motivos diferentes para pasar tiempo juntos, pero sus encuentros acabarán por echar chispas…

La mejor cura para el desamor es un romance apasionado. 

Veamos ¿por dónde empiezo? Quizás debería empezar disculpándome. Sí, eso haré. Mis más sinceras disculpas a la autora (que no creo que lea mi reseña, pero por si acaso…), a las que les ha gustado el libro, y a las que decidan no leerlo por mi culpa. Pero no, no me ha gustado demasiado y hoy destilo sarcasmo por los cuatro costados, así que me ha salido esta reseña y como soy vaga, no me apetece hacer otra políticamente correcta. ¡¡que disfrutéis!!

No tengo nada en contra de los tópicos, pues si están bien traídos  y el escritor es espabilado puede hacer un buen libro. Pero es que este libro y el anterior son una sucesión constante de tópicos, uno tras otro, a lo loco, sin orden ni concierto y en ocasiones metidos con calzador. Da la sensación de que la autora ha hecho una lista de lo que funciona en las novelas más vendidas y ha ido metiéndolo todo, aunque no pegase.

El primero libro, “El chico malo”, nos presentaba a uno de los Vincent, el “malo” (me rio yo de lo que para la autora es un chico malo), y ahora conoceremos a fondo al segundo, a Sawyer, que poco o NADA tiene que ver con el muchacho que se presentaba tímidamente en el primer libro. Puedo entender que cambie un poco su actitud a la vista de lo que sucede en el primer libro, pero ¿TANTO? ¿EN SERIO? ¿Cómo puede pasar alguien de rozar la santidad a convertirse en un salido, cual perro en celo? Yo no me lo trago, es conveniente para la historia, sí, pero no es coherente, y a mí la coherencia como que me gusta…llamarme loca!!! Y no me hagáis hablar de Beau, el chico que me enamoró en el primer libro ahora es un auténtico cavernícola, que cada vez que habla es para marcar su territorio (no sabía si estaba ante un muchacho o un perro haciendo pis a Ash para que todo el mundo sepa que es suya). ¡¡Que sí, que nos gustan en la literatura los hombres pelín posesivos!! Pero que únicamente hablen para ver quién la tiene más grande, como que me cansa….. En este libro tendremos dos machos en celo, marcando territorio a todas horas. ¡¡Con uno bastaba, gracias!!

Y ahora hablemos de las chicas. Ash aparece…fugazmente…para derretirse cada vez que “su hombre” demuestra que él es el macho dominante y que nunca más ningún hombre la volverá  a molestar con su mera mirada, bueno, también aparece, por obligación, para crear tensión y malentendidos, por ser conveniente para la trama, nada más. Y vuelve la prima de Ash, Lana, para convertirse en la protagonista femenina por excelencia en este libro (esto tampoco era necesario, podría haberse buscado otro personaje, esta vez uno con carisma de verdad…) Una chica que ha decidido cambiar físicamente para gustarle al ex de su prima ¡¡tranquilas que no se hace la cirugía!!Decide vestirse con ropa que no deja mucho a la imaginación y maquillase, porque claro, antes del maquillaje y la ropa juvenil debía ser un Troll, ya que nadie sabía que existía (en fin…pasemos este detalle por alto…). Lana es una chica que constantemente envidia a su prima y que es totalmente incoherente en su pensamiento, en sus actos y en todo en general. Se presenta como una muchacha tímida y reservada, enamorada locamente del Santo Sawyer, pero que cae rendida a los pies del “Nada santo Sawyer”( ¡¡¡pillina, a ti no tu gustaba el santo!!).

La relación de Sawyer y Lana es un calentón en forma de historia de amor (True love/sex forever, argggg), plagada de sentimientos metidos con calzador y con unos personajes que hacen de la incoherencia su nuevo estilo de vida. 

Malentendidos, tensión sexual, jóvenes de cromañón, chicas a las que se les funden los cables con una mirada de “te voy a comer entera”, escenas subidas de tono, chicas sosas, chicos con doble personalidad y un final que cierra dos bonitas “historias de amor” que hará que veáis corazoncitos en el aire y acabéis cantando el himno americano con la mano en el corazón.

No todo va a ser malo. ¡¡Tranquilidad!!, que el libro se lee muy bien, incluso es fácil devorarlo. La lectura es ágil, como el anterior, y tiene mucho diálogo. Es posible leerlo en una tarde, mientras os tomáis un heladito y os relajáis. Para pasar una tarde entretenida, sin más, sin buscarle tres pies al gato. Mata el aburrimiento y las escenas subidas de tonos le dan sal al asunto.

En fin, que no me hagáis mucho caso, posiblemente a vosotras os guste el libro, así que nada de desanimarse y a leerlo todas, ehhhh.